Trastornos DeL Aprendizaje






Introducción


Los Trastornos específicos del desarrollo del aprendizaje escolar constituyen un conjunto de problemas que interfieren significativamente en el rendimiento en la escuela, dificultando el adecuado progreso del niño y la consecución de las metas marcadas en los distintos planes educativos.A pesar de que suelen presentarse conjuntamente con alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso central, no son el resultado de un retraso mental asociado, de una privación sensorial o de un trastorno emocional grave. Por el contrario, estos trastornos surgen de alteraciones de los procesos cognoscitivos. Es probable que exista alguna alteración biológica secundaria, sin embargo, lo que los caracteriza es que el déficit se plantea en un área muy concreta. Los más habituales son los que hacen referencia a la adquisición de la lectura (dislexia), a la escritura o al cálculo.



La dislexia y los niños




La dislexia es un trastorno de aprendizaje. Para establecer un diagnóstico fiable es necesario esperar hasta la mitad del primer ciclo de Educación Primaria; sin embargo, durante la etapa preescolar es posible detectar determinados signos y síntomas que, aunque no son determinantes, pueden predecir una posible dislexia en el futuro.




Causas de la dislexia


La dislexia no está causada por algún tipo de problema intelectual; es un trastorno de origen neurobiológico que afecta al proceso de aprendizaje de la lectura, la escritura y la ortografía.Los estudios realizados sobre este trastorno evidencian que el componente genético tiene una influencia bastante alta en la aparición de la dislexia (77%), de modo que la historia familiar es el factor de riesgo principal al que deben atender los padres ante cualquier sospecha de que su hijo presente algún tipo de dificultad. Los datos de las investigaciones apuntan que un niño con padre o madre con dislexia tiene entre el 25% y el 50% de probabilidades de presentarla, y un 40% en el caso de que el disléxico sea un hermano.


Diagnosticar la dislexia

Identificar a un niño con dislexia no es una tarea sencilla. Las dificultades no se manifiestan siempre de la misma manera, y en cada niño evolucionan a lo largo del tiempo de distinta forma. Para diagnosticar una dislexia es preciso, en primer lugar, que un profesional realice una evaluación psicopedagógica. Si tras esta se sospecha que puede presentarse una posible dislexia, se deriva a una evaluación neuropsicológica realizada por un especialista.

Para establecer un diagnóstico profesional fiable es conveniente esperar hasta la mitad del primer ciclo de Educación Primaria (entre 7 y 8 años), que es cuando se considera que el niño ha recibido las suficientes oportunidades escolares para superar con éxito el aprendizaje de la lectura y la escritura, y los signos de dislexia se pueden apreciar con mayor claridad.
Síntomas de la dislexia en preescolares


Distintos síntomas prevalentes en los niños que presentan dislexia pueden permitir a las familias y docentes detectar de forma temprana, antes de finalizar el proceso de enseñanza escolar de la lectoescritura, la posibilidad de que el niño tenga este trastorno de aprendizaje. Eso sí, antes debe descartarse cualquier otro tipo de discapacidad psicológica o cognitiva que pueden constituir el origen de dichos síntomas.

Estos son algunos de los indicadores más frecuentes, recogidos por la guía 'Actualización en dislexia del desarrollo', la Federación Española de Dislexia (FEDIS) y la Asociación Dislexia y Familia (DISFAM), que se pueden observar durante la etapa de Educación Infantil y que pueden ser predictores, no determinantes, de que el niño llegue a desarrollar una dislexia:

Prelectura: durante la etapa de prelectura, los niños con dislexia pueden tener dificultades para conocer las letras y asociar fonemas con grafemas, así como presentar un rendimiento por debajo de la media en tareas relacionadas con la conciencia fonológica.

Visión y audición: los niños con riesgo de dislexia pueden presentar síntomas de tener algún problema de visión o audición; sin embargo, no se detecta ninguna anomalía en los exámenes médicos. Asimismo, pueden tener una gran agudeza visual y capacidad de observación o carecer de percepción profunda y visión periférica y distraerse fácilmente con los sonidos.
Estado de salud: es propenso a desarrollar infecciones de oído, se muestra especialmente sensible a determinadas comidas, aditivos o productos químicos, o bien tiene un sueño muy profundo, o se despierta con mucha facilidad.
Coordinación y psicomotricidad: los niños con dislexia pueden registrar una mayor inmadurez psicomotriz, de modo que a veces tienen dificultades de coordinación, de equilibrio y no desarrollan una correcta lateralización. En muchas ocasiones tienen dificultad para desarrollar habilidades motoras finas y gruesas, como montar en bicicleta, patinar o atarse los cordones.
Lenguaje: el niño disléxico puede tener algún retraso en el lenguaje respecto a la media de sus compañeros y dificultades para expresarse; en ocasiones puede hablar con frases entrecortadas, pronunciar mal palabras largas y tartamudear si está estresado.

Memoria: a pesar de que posee muy buena memoria a largo plazo -en especial para recordar experiencias, lugares y caras-, la memoria a corto plazo no la maneja tan bien y tiene dificultad para recordar lo que ha aprendido el día anterior y aquello que no ha experimentado de forma previa.
Personalidad: el preescolar con riesgo de ser disléxico se muestra especialmente sensible a nivel emocional, es perfeccionista, tiene un sentido de la justicia acusado, gran curiosidad y creatividad y puede tener cambios bruscos en su humor.A continuación se enumeran algunas cuestiones educativas para tratar esta dificultad de aprendizaje como es la dislexia.
Es muy importante tener en cuenta estas cuestiones antes de empezar a trabajar con los niños:
- Escolarización del niño o niña en la clase ordinaria con el profesor de apoyo: el docente recibirá información sobre que actividades y ejercicios se le debe realizar al niño o niña.
- Escolarización del niño o niña en el aula ordinaria con apoyo al alumno o alumna: será individualmente o también puede ser de forma colectiva. Los que presentan dificultades en la lectura serán atendidos por especialista. Se intentará que siempre el niño o niña acuda a clase con el resto de sus compañeros
- Escolarización del niño o niña en la clase de apoyo: el terapeuta y el niño harán actividades siempre enfocadas a superar las deficiencias en su rendimiento.

Hace tiempo, el tratamiento de la dislexia se basaba en la idea del refuerzo del área de lateralidad, orientación espacial, orientación temporal y seriaciones. En la actualidad, están tratamientos están en desuso. Un tratamiento usado es el de sobreaprendizaje, que consiste en aprender la lecto-escritura de forma adecuada al ritmo y las posibilidades del niño o niña. Es importante usar actividades motivadoras para que de este modo se acerque de forma más agradable a la lecto-escritura.

El tratamiento debe de tener en cuenta la edad y el momento evolutivo del niño o niña:
- Niños menores de 6: se debe hacer hincapié en los requisitos de la lectura. Será clave el aumento de la conciencia fonológica, además deben de usarse materiales orales como canciones.

- Niños entre 6 y 10 años: en esta edad, se pretende aumentar la conciencia fonológica, tanto a nivel de escritura como a nivel oral y mejorar la automatización de la mecánica lectora. Para lo primero, se usan recursos similares a los anteriores, y para la automatización, se intenta lograr que el niño practique la
lectura en voz alta.

- Niños mayores de 10 años: en esta edad, es difícil aumentar la automatización de la lectura y la conciencia fonológica, por lo que los objetivos serán diferentes. Aquí se tiene que buscar fundamentalmente la enseñanza de estrategias de comprensión de textos. También es interesante plantear estrategias de compensación de los déficits. Estas estrategias pretenden una adaptación a la vida cotidiana apoyándose en sus puntos fuertes sin cambiar las capacidades deficitarias del niño.
Se pueden usar como instrumentos de ayuda calculadores o tabla de datos… Los procesadores de texto son también muy interesantes para corregir las faltas de ortografía que pueden aparecer y también ayudan a escribir con el soporte de diccionarios personalizados y temáticos, que sugieren nuevas palabras.

Algunas teorías acerca de la dislexia, sus causas y su tratamiento son:
ƒ- Lentes de colores: se basa en las teorías de Irlen, pero no existen suficientes estudios de los científicos que prueben su eficacia.
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- Terapia de integración sensorial: sus ideas están basadas en la teoría de que los problemas motores y de aprendizaje se deben a un déficit de integración sensorial
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- Cinesología aplicada: considera a la dislexia como una consecuencia de un desplazamiento de los huesos temporal y esfenoidal, por lo que una manipulación ósea casi infinitesimal corregiría la discapacidad y podrían desaparecer los síntomas.
- Entrenamiento visual optométrico: se basa en la idea de que la dislexia se debe a una deficiencia visual.

Ejercicios que se proponen para mejorar la dislexia
Existen muchos ejercicios para mejorar la dislexia, ahora vamos a ver algunos ejemplos:
• Tenemos el mismo objeto de diferentes colores, el niño o niña tendrá que agrupar los objetos según los colores. Por ejemplo: cogemos una caja de colores con tres lápices rojos, tres azules, tres verdes, tres marrones, tres amarillos y tres negros y los colocamos alternando unos con otros. El niño o niña tendrá que agrupar los lápices de cada color

• Alternamos las formas y los colores. Por ejemplo: tenemos círculos verdes, círculos rosas, triángulos verdes y triángulos rosas, y cuadrados rosas y verdes. El niño tendrá que agruparlo primero según las formas y después según los colores.

• Tenemos varios objetos del mismo color, pero tienen formas diferentes. El niño tendrá que agrupar los objetos según su forma. Un ejemplo: tenemos tres círculos, tres cuadrados y tres triángulos metidos dentro de una caja. El niño deberá ir sacando los objetos y agrupándolos según su forma.

• Separar las palabras en letras y luego identificarlas. Algunos ejemplos son:
- papa → p-a-p-a
- libreta→l-i-b-r-e-t-a
- sillón→s-i-l-l-ó-n
- mama→m-a-m-a

• Formar palabras con letras, y a continuación deletrearlas. Ejemplos:
- p-o-r-a→ropa
- b-r-o-l-i →libro
- e-t-g-u-e-j-u→juguete
- a-m-m-a→mama

• Ejercicios con palabras encadenadas. Ejemplo:
Pera- rata-tapa-papa-pamela-lazo-zorro…
Mesa-sapo-pomo-moneda-dado…
Papa-pata-tapa-paralelo-loma-malo…
Arena-nada-dado-doma-malo

• Jugar al típico juego del veo veo. Ejemplos:
- Veo veo una cosa que empieza por la letra pu→ pupitre
- Veo veo una cosa que empieza por la letra pi→ pizarra
- Veo veo una cosa que empieza por la letra vir→ virgen
- Veo veo una cosa que empieza por la letra li→ libreta

• Formar frases con palabras que están desordenadas, algunos ejemplos son:
- Luis a pelota juega la → Luis juega a la pelota
- Luis su en una pelota casa tiene → Luis tiene una pelota en su casa

• Buscar en las dos frases, la palabra que ha sido cambiada de una fase a otra. Por ejemplo:
- Fui de leche a Madrid
- La viaje de vaca está muy rica
Las palabras cambiadas son leche y viaje, y las dos frases correctas serían:
- Fui de viaje a Madrid
- La leche de vaca está muy rica

• Realizar sopas de letras

• Dada una frase con las palabras unidas, el niño tendrá que separarlas. Un ejemplo sería:
- Luisviveensucasadelcampo→ Luis vive en su casa del campo
- Luistieneunordenadorverde→ Luis tiene un ordenador verde
- Luissabehablarfrancés→Luis sabe hablar francés
- Luistieneunapizarraroja→Luis tiene una pizarra roja

• Hacer crucigramas





Disgrafía y Disortografía




Al igual que sucede con la dislexia, se plantea el problema de delimitar a los sujetos que presentan un trastorno de la escritura. En primer lugar nos encontramos con niños que muestran dificultad para escribir palabras con buena expresión oral; en segundo lugar, niños que escriben incorrectamente las palabras y que tienen dificultades en la expresión oral, y, en tercer lugar, niños que escriben correctamente las palabras y que tienen dificultad en la expresión oral.


Disgrafía
Se utiliza para designar el trastorno de la escritura que afecta a la forma o al contenido y la manifiestan niños que no presentan problemas intelectuales, neurológicos, sensoriales, motores, afectivos o sociales.
Como características disgráficas se señalan dos tipos de síntomas relacionados. Los primeros, denominados signos secundarios globales, comprenden la postura inadecuada, soporte incorrecto del instrumento (lápiz, bolígrafo, etc.), mala presión del mismo o velocidad de escritura excesivamente rápida o lenta. Por otra parte, los síntomas específicos, ponen su atención en elementos del propio grafismo como gran tamaño de las letras, letras inclinadas, deformes, excesivo espaciado entre letras o muy apiñadas, enlaces indebidos entre grafemas, letras irreconocibles y, en definitiva, texto de difícil comprensión.

Para el establecimiento del diagnóstico de la disgrafía es necesario tener en cuenta el factor edad, dado que este trastorno no empieza a manifestarse hasta después de haber iniciado el período de aprendizaje (después de los 6-7 años). No es adecuado el diagnóstico si se realiza antes de la edad indicada.


Disortografía
Se trata de una dificultad en la escritura cuya característica principal es un déficit específico y significativo de la ortografía normalmente asociada los trastornos lectores.
Cuando la disortografía aparece como déficit específico en ausencia de antecedentes de un trastorno específico de la lectura, no siendo explicado su origen por un bajo nivel intelectual ni problemas de agudeza visual o escolarización inadecuada se denomina trastorno específico de la ortografía.

La disortografía presenta distintos niveles de gravedad que oscilan entre uno leve y otro grave. El grado leve se manifiesta por omisión o confusión de artículos, plurales, acentos o faltas de ortografía debido a desconocimiento o negligencia en las reglas gramaticales. Se considera grave cuando existen dificultades relacionadas con la correspondencia fonema-grafema y aparecen errores de omisión, confusión y cambio de letras, sílabas, palabras, adiciones y sustituciones.



 El Trastorno de la Expresión Escrita


Hasta hace poco se creía que las deficiencias en escritura no se presentaban en ausencia de un trastorno de la lectura, ahora se sabe y se efectúa el diagnóstico diferencial.

El DSM-IV-TR (2.000) agrupa las dificultades de escritura bajo la denominación de “Trastorno de la expresión escrita”, si bien, no hace una diferencia explícita entre trastornos disgráficos y disortográficos.

A continuación se exponen los criterios diagnósticos:
Criterios diagnósticos DSM-IV-TR:

A) Las habilidades para escribir, evaluadas mediante pruebas normalizadas administradas individualmente (o evaluaciones funcionales de las habilidades para escribir), se sitúan sustancialmente por debajo de las esperadas dados la edad cronológica del sujeto, su coeficiente de inteligencia evaluada y la escolaridad propia de su edad.

B) El trastorno del criterio A interfiere significativamente el rendimiento académico o las actividades de la vida cotidiana que requieren la realización de textos escritos (p.e., escribir frases gramaticalmente correctas y párrafos organizados).
C) Si hay un déficit sensorial, las dificultades en la capacidad para escribir exceden de las asociadas habitualmente a él.

El Trastorno de la expresión escrita se caracteriza, pues, por destrezas de escritura claramente inferiores al nivel que cabría esperar por la edad, capacidad intelectual y nivel educativo de la persona, determinados mediante la aplicación de los test normalizados correspondientes.

Este problema afecta a la actividad académica y a las actividades diarias, y no se debe a ninguna deficiencia neurológica o sensorial. Entre sus componentes están la mala ortografía, los errores gramaticales y de puntuación y la mala escritura.
Se trata de un trastorno constituido o en vías de constitución que no empieza a tomar cuerpo hasta después del período de aprendizaje de la escritura. A partir de dicha edad comienzan a manifestarse los errores característicos.
Se cree que afecta entre un 3 y un 10% de los niños de edad escolar; existen evidencias de que los niños que sufren este trastorno pertenecen con frecuencia a familias con antecedentes del mismo.

 Síntomas del Trastorno de la Expresión Escrita

1- Dificultades desde los primeros años escolares para deletrear palabras y expresar sus pensamientos de acuerdo a las normas propias de su edad.


2- Errores gramaticales en las oraciones verbales o escritas y mala organización de los párrafos. Por ejemplo de forma reiterada aunque se les recuerde empezar la primera palabra de la oración con mayúscula y terminarla con un punto.


3- Escribe lentamente, con letras informes y desiguales.


4- Deficiente espaciamiento entre letras, palabras o entre renglones, con ligamento defectuoso entre letras.


5- Trastorno de la prensión. Coge de manera torpe el lápiz contrayendo exageradamente los dedos, lo que le fatiga en poco tiempo, estas dificultades se hacen notar cuando, en cursos más avanzados, se exige al niño que escriba rápido.


6- Alteraciones tónico-posturales en el niño con déficit de la atención.


7- La mayoría de niños con este trastorno se siente frustrados y enfadados a causa del sentimiento de inadecuación y fracaso académico. Pueden sufrir un trastorno depresivo crónico y alteraciones de la conducta como resultado de su creciente sensación de aislamiento, diferenciación y desesperaza.


 Etiología: Posibles causas



A) FACTORES MADURATIVOS

Con frecuencia, en los trastornos lecto-escritores, se asume la evidencia de déficits neuropsicológicos que impiden una ejecución satisfactoria.
La escritura es una actividad perceptivo-motriz que requiere una adecuada integración de la madurez neuropsicológica en el niño. Los factores desencadenantes se agrupan en:


Trastorno de lateralización
El ambidextrismo es frecuente causa de déficit escritor, debido a que en estos casos no existe una adecuada implantación de la lateralidad manual. La escritura en tales casos tiende a ser lenta, con numerosas regresiones e inversiones de giros y sílabas y con torpeza en el control del útil de la escritura. Ocurre algo similar con la zurdería contrariada especialmente en el caso de los niños que son claramente zurdos. La escritura tiende a ser en dirección derecha-izquierda, se efectúa de forma lenta y con alteraciones en el espacio-tiempo.
Otra de las causas es la lateralidad cruzada que se produce cuando el predominio ocular no es homogéneo con el de la mano y el pie.

Trastornos de la psicomotricidad
Cuando la base tónico-motor del niño se encuentra alterado por causas funcionales puede producirse alteración en la escritura. Se diferencian dos grupos principales:
El torpe motor: Su motricidad es débil, fracasando en actividades de rapidez, equilibrio y coordinación fina.
Los Hiperactivos: Presentan trastornos de presión, dificultad para mantener la horizontalidad de las líneas con dimensiones irregulares.

Trastornos del esquema corporal y de las funciones perceptivo-motrices

Muchos niños presentan un déficit de integración viso-perceptiva con confusión de figura-fondo, perseveración en la copia, rotación de figuras, etc. En otros casos hay un déficit de estructuración espacio-temporal que afecta a la escritura (desordenes en la direccionalidad, posiciones erróneas en torno a la línea base, alteración de grafemas de simetría similar, etc.). Por último, existen también trastornos del esquema corporal que alteran la escritura convirtiéndola en lenta y fatigosa, con dificultad en el control del lapicero y trastornos de la postura corporal durante la escritura.

B) FACTORES DEL CARACTER O PERSONALIDAD

La escritura inestable, chapucera, con falta de proporción adecuada, con deficiente espaciación e inclinación es característica de ciertos niños con conflictos emocionales. Existe una alteración de la escritura caracterial pura en donde la escritura es una forma de llamar la atención frente a sus problemas. En otras ocasiones, es un trastorno mixto porque se presenta no sólo como expresión de trastornos afectivos, sino en unión de trastornos perceptivos-motores, de lateralización, etc.

C) FACTORES DE TIPO PEDAGÓGICO

Entre ellos podemos destacar la imposición de un rígido sistema de movimientos y posturas gráficas que impiden al niño adaptar su escritura a los requerimientos de su edad, madurez y preparación.


DERECHA O IZQUIERDA ( LATERALIDAD)


Hasta los 4 o 5 años no tiene demasiada importancia conocer donde están la derecha y la izquierda. El niño va desarrollándose según su curso evolutivo y todavía resulta innecesario el conocimiento del espacio codificado según las coordenadas derecha-izquierda. El espacio lo percibe el niño directamente.


Las cosas empiezan a cambiar cuando se inicia el aprendizaje formal y en concreto el de la escritura y la lectura. Ahora el niño se va a encontrar con unos símbolos (letras y números) cuyas coordenadas espaciales y temporales le van a marcar su significado. El control, por tanto, de dichas coordenadas supone un paso previo fundamental para la comprensión de los mismos.



¿Qué determina la lateralidad?

Los factores que intervienen en una buena organización lateral son muchos. A continuación se describen los más importantes:

La información genética. La influencia del entorno (medio cultural, costumbres...).La educación y aprendizaje recibido.

En la construcción de la lateralidad, siempre que no haya factores patológicos, se ha constatado un predominio de un cierto determinismo genético. Así algunos estudios apunta que la posibilidad de tener un hijo zurdo siendo ambos progenitores diestros es de un 9,5% aumentando esta cifra al 26% si ambos padres son zurdos.

También está probada la influencia de factores ambientales o sociales. En este sentido se apunta a que los niños ya desde muy pequeños suelen recibir los objetos dirigidos a la mano derecha por parte de los adultos. Además muchos de dichos objetos están hechos para ser manipulados por diestros.


Una de las actividades donde más se refleja la influencia social es en la escritura manuscrita. En las sociedades más conservadoras, en las que se prohíbe la escritura con la mano izquierda, el porcentaje de zurdos puede situarse entorno al 4 o 5%.


Los resultados de este estudio apuntan a una prevalencia de zurdos manuales del 9-10% aproximadamente y no es siempre coincidente con la mano que se escribe. En la vista y el oído el porcentaje aumenta considerablemente. Una de las conclusiones a extraer es que la población adulta normal presenta frecuentemente una lateralidad cruzada entre diferentes partes del cuerpo.



Lateralidad y Aprendizaje


Los niños que presentan una lateralidad homogénea ( mano, pie, ojo, oído dominantes en el mismo lado), tradicionalmente se ha creído que tienen una mejor disponibilidad para el aprendizaje al poder integrar de forma más eficaz la diversa información sensorial. Esto puede resultar cierto en muchos casos pero no en todos. No puede establecerse de manera concluyente una relación efecto-causa entre la presencia de una lateralidad no homogénea y la de trastornos del aprendizaje. Sin embargo, debe evaluarse la lateralidad como un factor de riesgo añadido a otros factores.


Diferentes estudios efectuados comparando el porcentaje de disléxicos de la población general con el porcentaje en grupos de zurdos manuales, de individuos con lateralidad cruzada o de zurdos de la mirada, dan como resultado un mayor porcentaje en estos grupos que en población normal.


Es a partir de la Educación Primaria cuando el niño con una lateralidad mal establecida puede presentar dificultades específicas en el aprendizaje. A continuación se muestra un resumen de los síntomas en los diferentes ámbitos.


Síntomas lateralidad contrariada en Primaria


Fallos en los procesos: Fallos en la práctica escolar: Síntomas psicológicos:

Dificultad en la automatización de la lectura, la escritura o el cálculo. Lee muy lento y con pausas. Se pierde a menudo. Falta de ritmo. Dificultad de Atención. Se distrae con facilidad. Hiperactividad.
Problemas en organizar adecuadamente el espacio y el tiempo. Dificultades en la ordenación de la información codificada. Confusiones derecha-izquierda que le dificultan la comprensión de la decena, centena. Confusión entre la suma y la resta o la mutiplicación y la división. También de sílabas directas e inversas. Desmotivación. Escaso o nulo interés en algunas actividades.
Torpeza psicomotriz. Confusión para situarse a derecha o izquierda a partir del eje medio corporal. Mejor nivel de comprensión de las explicaciones verbales que de las tareas escritas. Preferencia por el cálculo mental que el escrito. Mayor facilidad para dar explicaciones verbales que para realizar trabajos escritos. Según el perfil del niño puede manifestarse inhibición, irritabilidad, desesperanza, reacciones desmedidas, etc..
Lento de reacción. Escaso de reflejos inmediatos delante ciertas actividades manuales. Puede presentar disgrafía,dislexia, discalculia. También dislalias y a expresar lo contrario de lo que piensa. Baja autoestima
Inversiones en el ordenamiento gráfico y lector. Escribe letras y números en forma invertida, comoreflejadas en un espejo (ver ejemplo más abajo) Incapacidad para concentrarse en una única tarea durante un espacio de tiempo determinado.


La inversión de números y letras es uno de los síntomas más evidentes de la posibilidad de una lateralidad cruzada o contrariada. La serie de números que se presenta a continuación corresponde a un niño de 7 años con diagnóstico de T.D.A.H. Pueden observarse las inversiones de los números 4 y 9 así como la inconsistencia del 5. También hay un mal control del espacio al presentar la serie una línea descendente.





Comorbilidad: La lateralidad cruzada o contrariada se presenta muy a menudo en niños diagnosticados de T.D.A.H., trastornos específicos del aprendizaje (T.E.A.) e incluso en el Retraso Mental, por lo que existe una gran comorbilidad entre ellos. No obstante, no ha podido establecerse ninguna relación causa-efecto sólida y se especula con la posibilidad de que las mismas alteraciones neurológicas que están en la base de estos trastornos clínicos sean los causantes de los problemas de lateralización.

8- Detectar y evaluar la lateralidad


La lateralidad suele evaluarse a partir de los 5/6 años y coincidiendo con los primeros aprendizajes que precisan de códigos escritos. Debemos tener en cuenta que a estas edades la lateralidad probablemente aún está en construcción y es normal encontrar datos contradictorios. El fin de la evaluación debe ser intentar descifrar la lateralidad natural del niño para corregir a tiempo si se detectan cruzamientos.


El problema no es ser diestro o zurdo sino que las diferentes dominancias estén organizadas en el mismo lado, especialmente en lo que se refiere a la mano, ojo y pie.


Aconsejamos para una evaluación correcta el uso de pruebas específicas como el Test de Dominancia Lateral de Harris.

A modo de una primera aproximación se exponen algunas de las pruebas comunes para la valoración de la dominancia lateral en sus diferentes modalidades:


Dominancia manual:

-Pedir al niño que coja un lápiz de la mesa y que escriba una serie de números (p.e. del 1 al 10). Se observa la mano con la que coge el lápiz y escribe. En condiciones normales, ésta será la mano dominante. Se debe también pedirle que coja diferentes objetos (peine, cepillo de dientes...) y comprobar si sigue utilizando la misma mano o no.
-Podemos luego solicitarle que trate de escribir la misma serie de números pero con la otra mano. Un niño diestro bien organizado debería presentar gran dificultad para efectuar los números con la mano izquierda presentando inversiones frecuentes.

-Otras pruebas de verificación: descorchar una botella, pegar etiquetas, manejar herramientas, cortar con tijeras, encaje de puzzles...



Dominancia ocular:

-Una de las pruebas clásicas es la del papel perforado. Puede utilizarse cualquier material que pueda manejar el niño y que tenga un pequeño agujero central. Se le pide que en posición de pie sostenga con los brazos estirados el papel perforado. A esta distancia se le dice que trate de mirar a través del agujero algún punto situado detrás (puede ser el propio evaluador). La siguiente instrucción es que vaya acercando poco a poco el papel a la cara hasta tocar la misma. Esto debe hacerlo sin dejar de mirar por el agujero enfocando al punto fijado. Una vez que el papel llega al rostro el niño ha situado el agujero frente al ojo dominante.

-Puede también evaluarse la dominancia ocular con calidoscopios o tubos pidiendo al niño que mire a través de ellos. El ojo en el que se sitúa el objeto es el dominante.



Dominancia de pie:

Las pruebas clásicas comprenden un amplio repertorio como chutar una pelota o mantenerse durante un tiempo a la pata coja sin moverse. En ambos casos la pierna con la que se chuta o la que sostiene el cuerpo suele ser la dominante.

Dominancia auditiva:

Es, sin duda, a la que menos atención se ha prestado y, a su vez, la que puede presentar mayor variabilidad según la tarea a efectuar.
Las pruebas más sencillas consisten en entregar algún objeto con ruido tenue (auricular, reloj u otro) y pedirle que escuche atentamente. La oreja hacia la que dirige el objeto es la dominante.


 Intervención

Sigue siendo muy controvertida la idoneidad de la intervención sobre la lateralidad a efectos de corregir ciertas irregularidades. Hay autores que defienden la intervención temprana para evitar los posibles efectos posteriores sobre el aprendizaje y otros, por su parte, minimizan las consecuencias y defienden el desarrollo natural del proceso limitando la intervención a potenciar en el niño las dominancias establecidas.
Cada niño es un caso diferente con sus propias peculiaridades y no podemos generalizar en cuanto a la necesidad de intervenir.

En todo caso, el paso previo para cualquier intervención requiere de una correcta evaluación psicomotriz, de estudiar la historia evolutiva del niño, el conocimiento de la existencia de posibles trastornos orgánicos o secuelas de accidentes y también de los resultados del examen oftalmológico.


La mala lateralidad puede manifestarse de diferentes formas siendo la más corriente la que suele denominarse como cruce lateral simple en el que el niño utiliza habitualmente su ojo dominante y escribe con la mano subdominante, es decir, es el caso de niños diestros de pie y mano pero con dominancia en el ojo izquierdo o a la inversa.

En estos casos se aconseja que, si se decide la corrección de la lateralidad, actuar sobre el cambio de la dominancia de la mano antes que con la del ojo. Esto se justifica dado que es menos complicado y actuamos a favor de la tendencia neuro-biológica del niño.

No hay que olvidar que la tendencia lateral induce una distribución de funciones entre los dos hemisferios y, por tanto, aplicar un programa en contra del diseño neurobiológico supone complicar bastante la red de conexiones interhemisféricas. Contrariamente, aplicar un programa a favor de esta tendencia simplifica el proceso y optimiza los resultados.


En el caso de aplicarse un cambio de dominancia visual debe contarse con las directrices de un especialista en optometría que dirija el tratamiento.

Normalmente el tratamiento consiste en un programa de entrenamiento visual que implica la obturación del ojo que debe ceder la dominancia o el trabajo con filtro rojo. Las diferentes actividades que debe realizar el niño han de ser determinadas por el optometrista.















2 comentarios:

  1. La dislexia es un trastorno del cual todas las docentes de preecolar debemos de tener aunque sea una nocion para poder remitirlos donde un especialista y ayudar tambien a los niños!!!

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  2. Excelente! ahora tendré mucho mas en cuenta los ejercicios de lateralidad! Gracias Chicas!

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